adrián casas frías

Este verano mi vida ha empezado a llenarse de actividad. Ya no solo vivo en un mundo lleno de luz y ruidos, ahora también hay movimiento, y mucho.

Intento poner remedio a esto a base de dormir, pero no entiendo por qué cada vez paso mas tiempo despierto, juro que no es por voluntad propia.

Pues una de las actividades que he hecho este mes de vacaciones ha sido visitar la ciudad de Cuenca, bonita donde las haya, pero empinada como ninguna.
Mis padres tuvieron la brillante idea de llevarme al puente de un tal pablo para que viera no se qué de unas casas que colgaban.
Pero lo reconozco, me entró el canguele. Abrí los ojos y vi la altura dónde estábamos y tuve miedo. Así que me hice el dormido esperando que todo pasara lo mas rápido posible.

Lo peor de todavía no poder hablar es que no me puedo comunicar con mis padres, y los lloros voy comprobando que muchas veces se malinterpretan y no llego a conseguir lo que busco con ellos. Y el estar a la merced absoluta de ellos me llevó a pasar mas tiempo del que desearía encima del dichoso puentecito.

Para colmo se recrearon sacando fotos. A pesar del miedo que pasé, como son bonitas os la dejo para el disfrute de todos.






y encima iba vestido con un traje de krusty el payaso