el arte de eructar
y una de las cosas que mas disfruto es con lo de eructar en cada biberón. Que gustazo!!!
voy asimilando que lo de eructar no está bien visto para los adultos, pero en cambio a mi me aplauden, me ríen e incluso me animan para que eructe, y cuanto mas grande mejor. Así que mientras me lo permitan seguiré eructando a mis anchas
pero no creáis que esto de eructar es fácil para mí, ni mucho menos. Como todas las cosas que se hacen bien requieren de su 'arte'. Y yo poco a poco lo voy perfilando mas si cabe.
primero de todo está el coger aire mientras te tomas el biberón, esencial vamos, porque sin aires dentro dificilmente vamos a eructar. Así que el decálogo del buen eructador precisa que al tomar el biberón se ha de hacer con ansias, como queriendo tomar mas leche de la que sale de la tetina. Y así se logra introducir aire en lugar de leche
lo segundo es avisar a la persona que te está dando de comer de que tienes aires que expulsar. Para ello yo uso diversas técnicas según requiera la ocasión. O bien puedo rehusar (momentáneamente, siempre para luego retomar) el biberón, o bien puedo hacerme el dormido, amenazar con lloros o la mas clara es hacer como que te atragantas. Esta última nunca falla, la aconsejo, aunque con eso de toser mientras te siguen llenando la boca de leche tiene sus riesgos.
la tercera parte del proceso de eructar es encontrar la postura cómoda. Aunque de ésta se encargan por tí. Te ponen recto, apoyado en hombro, brazo o mano y te dan golpecitos en la espalda. Vamos, que si no fuera por los aires que llevo dentro me pasaría el día así.
pero ojo, eso de que te acomoden no siempre es lo mejor, se puede llegar a convertir en una gran pesadilla dependiendo de quien te esté manejando en ese momento. Debo confesar que paso miedo cuando es mi padre el que me da el biberón. Todavía no ha pasado nada, pero solo verle esas manazas que me van a golpear en la espalda y se me ponen los pelos de punta. Por eso corro en eructar antes con él que con el resto, sí, lo reconozco, por miedo. Al menos le ha servido para que le encuentren un nuevo mote: 'el desatascador'.
y la última fase de este arte es el eructo en sí. Hinchar pecho, dejar que suba el aire, abrir bien la boca y tirar por ella todo ese aire acumulado. A poder ser haciendo el mayor ruido posible para deleite de los presentes.
la vuelta a la calma tras el eructo es de lo mejor que puede vivir un ser humano con meses de vida. Que relajación... no entiendo porque los adultos no han mantenido esta costumbre de eructar en cada comida... será un tema que plantee una vez que crezca.
ah, y otro día comentaremos el 'arte de tirarse pedos', del que empiezo a ser un consumado experto...
y para acabar os dejo una de mis fotos preferidas en las que salgo yo y un enorme biberón. En esta ocasión logré empinar yo mismo el biberón como si de un porrón se tratase....
a que estoy gracioso???
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